Hace unos días, cuando publiqué el artículo sobre la infidelidad (el cual pueden leer aquí), algunas personas me comentaron que debía hacer un análisis de cada una de las partes que componen una infidelidad. La parte de quien es "víctima" de la infidelidad (llámese, la pareja del mamaguevo en cuestión), es quien generalmente recibe toda la atención puesto que es la víctima, quien ha sido herid@ por una mentira y bueno, quien se lleva siempre la peor parte, pues ser desencantado de esa manera tan violenta no es nada fácil.
Si comprendemos la infidelidad como un triángulo, tiene tres partes: el infiel- la pareja y la persona que está en medio de los dos. Porque, afrontémoslo, una persona que está saliendo con alguien que tiene pareja y está consiente de ello, sabe que está en el medio, pero eso es tema para otro día.
Como alguien que practicó una vez la infidelidad (sí, perdí mi derecho de lanzar la primera piedra), puedo decir que existen muchas cosas detrás de una infidelidad, pero la más común de ellas es la ausencia de algo en la pareja que hace que uno vaya a buscar "lo que no se le ha perdido".
Bien sea por cobardía o por vergüenza, nunca se establece que es lo que se debe trabajar en esa relación antes de que sea demasiado tarde. ¿Qué puede faltar? Muchas cosas; más comunicación, más sexo, apoyo moral - a veces se quiere a alguien que escuche los problemas de uno sin juzgar- otras veces es rutina, falta de emoción, e incluso costumbre. Ojo que no estoy justificando la infidelidad, soy la primera que piensa que siempre se puede buscar mejorar aquello que está mal antes de recurrir a ella; solo que hay demasiadas vertientes que pueden llevar a aquello que incluso pensamos algunos que nunca haríamos.
Yo lo hice en su momento, porque seguía enamorada de mi pareja anterior y caí en ese circulo vicioso en el que andábamos pero no andábamos. Pero si algo me enseñó eso, es que uno siempre termina sintiéndose más solo y más emocionalmente exhausto que con una sola relación.
En mi percepción existen dos tipos de infidelidades; las carnales y las emocionales. Las primeras consisten en una cama, deseo y oportunidad básicamente; generalmente esas dos personas no están atadas sentimentalmente (por un tiempo), y sienten que pueden dejarlo en el momento que quieran. Es, en sus palabras, como ver un dulce que es muy provocativo en la vidriera e ir por él. Lo comes y listo, cuidando que el entrenador (en este caso tu pareja) no te descubra. No hay consecuencias si las dos personas mantienen total discreción al respecto y no hay compromisos más allá de eso.
Ahora, las infidelidades emocionales son las más peligrosas y lapidarias en una relación. Básicamente porque son relaciones paralelas. Es como tener una segunda pareja; igual tienes que cumplir un rol sentimental además del sexual. Estás allí, sales, compartes... e incluso hay relaciones paralelas donde de lado y lado son novios formales, es decir, se tienen dos suegros, muchos cuñados e incluso sobrinos de lado y lado.
Cuando hay una relación paralela, hay una grave falla en la pareja principal (la número uno), al mismo tiempo, hay una severa falta de autoestima en el infiel; no puede resolver sus problemas en la primera relación y encuentra la segunda más satisfactoria porque aún no los debe afrontar. Es por ello que las relaciones paralelas suelen ser relativamente tener menos tiempo de existencia que las principales.
La relación paralela viene a suplir las carencias que la relación principal no satisface; bien sea sexuales o emocionales. Quizás la relación principal viene pasando por una crisis (peleas constantes, mala comunicación, enfermedad de la pareja o un familiar, ansiedad de uno de los dos) y la relación paralela sirve de bálsamo para ese mal momento. El problema viene cuando quien es la segunda pareja exige roles de la primera que el infiel no está dispuesto a darle; como formalidad o convivencia.
Por experiencia puedo decirles que nunca el infiel sube al rango de pareja formal a quien es solamente su bálsamo. O para ponérselos en criollo "Quien es cacho, se queda cacho... y si sube a novi@ es porque con cachos va a terminar". Son muy pocos y muy puntuales los casos en los que el infiel decide romper con su pareja principal para convertir a la segunda en la primera. Y esos casos requieren un análisis aparte en otro artículo.
Como consejo les doy, que si ustedes son los infieles, es mejor poner en claro su situación con su pareja antes que la situación alcance niveles de gravedad irreversibles. Siempre es bueno hablar, por algo esa persona ha sido su pareja por el tiempo que lleven juntos. Y si lo que está pasando ya no tiene remedio, es mejor por las buenas terminar. Tener dos relaciones es un consumo de tranquilidad desgastante, y algo que esté costándole su tranquilidad definitivamente es muy costoso.
Y si usted es la segunda pareja. Evalúe si de verdad quiere quedarse como bálsamo para siempre de una relación que no sirve ni da señales de terminar... ¿Su autoestima se conforma con ser la casa pequeña, la sucursal? Entonces busque ayuda, nadie.... absolutamente nadie, es tan grandioso para que usted solo se contente con las migajas de su afecto. Ni usted es tan poquita cosa para no obtener lo que merece.... y lo que merece es quien la quiera siempre, no cuando pueda escapársele a "la cuaima".
Carlix
Comentarios
Publicar un comentario