Las expectativas son dañinas. Nos hacen ver cosas que no son o esperar cosas que posiblemente no sucedan. Nos hacen ver perfectos a los demás y nos resta valor a nosotros mismos; nos generan frustración y desdicha, nos aisla y nos hace sentir solos, nos va matando. Porque esperamos demasiado y recibimos tan poco que lo único que nos queda es la impotencia de “¿Esto era todo? ¿tanto esperar para… esto?”
Observaciones (no tan imparciales) y a veces una que otra cosa para aligerar cargas y tensiones. No vivo en un mundo alterno, pero si me he encargado de crear algo parecido.