Siempre que uno trata de emprender un nuevo proyecto o incluso, a veces cuando comete la desfachatez (nótese el sarcasmo aquí) de no sentir ningún tipo de remordimiento por ser quien se es; e incluso enseñarle a los demás que pueden ser más felices siendo quienes son, uno se hace de fanáticos, pero en el sentido opuesto de la acera. Sí, a esa gente se le conoce actualmente con el bonito nombre de haters, pero simplemente yo creo que son fans del otro lado de la acera.
Observaciones (no tan imparciales) y a veces una que otra cosa para aligerar cargas y tensiones. No vivo en un mundo alterno, pero si me he encargado de crear algo parecido.