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¿Y ahora que hago?

Quedarse sin empleo no es sencillo. En cualquier parte del mundo. Independientemente si te encuentras en Nueva York, Miami, Bogotá o Maracay es igual de estresante; pero no por la situación del país donde te encuentres (que quizás en Venezuela es más apremiante encontrar trabajo pronto es cierto), sino porque apenas sales de la oficina y llegas a tu casa, te haces la pregunta... ¿Y ahora que hago?



En esta entrada no voy a hablar de la situación de Venezuela en particular, para quejarse de lo que está pasando en este país hay más de 500 blogs en internet, así que puede moverse hacia ellos. Lo que sí quiero relatar es ese estado de angustia constante y ansiedad apremiante que sucede al quedar desempleado, cosa que cualquiera no solo en este país, sino en este mundo, ha vivido.

Existen tantas formas de asumir esto como personas que las experimentan. Desde aquellos súper resilentes que lo ven como una oportunidad de salir de la zona de confort y enfrentar retos nuevos bajo una perspectiva mucho más entusiasta ( a ellos todo mi respeto por ese dominio total de la ansiedad, son los nuevos Jedi), están los que, como yo, pasan por un período de ansiedad constante, incluso están los que se deprimen y se desesperan porque no saben por donde empezar de nuevo. Y todos, en mayor o menor medida hemos pasado por algo así.

"Pues la respuesta es como obvia ¿no?" Dirán ustedes... "Búscate otro trabajo" es cierto. Pero existe ese periodo de transición entre salir de ese empleo (por diferentes razones, no importa) y encontrar otro, e incluso sino quieres empezar otro sino que emprender algo propio, donde comienzas a desesperarte porque siempre, siempre habrá alguien o algo que te recuerde que hay cuentas que pagar, que tus tarjetas de crédito no se pagan solas, que necesitas comprar víveres, productos de limpieza, de higiene, tus zapatos se desgastan, tu ropa también y tus cuentas bancarias ya muestran números rojos.

En mi caso, quedé desempleada el 30 de diciembre. Bonita fecha ¿No lo creen? Sin embargo, ya estaba preparada para algo así desde que volví a Maracay porque quería tomarme en serio este asunto de ser locutora. Lo quería estudiar, prepararme, ejercerlo, y uno de los primeros pasos era dejar mi trabajo como ingeniera y volver a Maracay, sin empleo. Entonces surgió esta oportunidad, donde aprendí mucho, es cierto... pero no duró. Entonces quedé de nuevo en el limbo del desempleo y peor aún, en medio de una encrucijada con un título universitario en la mano y mi curso de locución a punto de empezar en la otra... ¿Ahora que hago? ¿Ejerzo y me olvido de esto? ¿Vuelvo a Caracas y me resigno a ser una asalariada para siempre? ¿Y mi sueño de ser locutora qué? ¿Que diablos voy a hacer?


Cuando vives bajo la constante presión (sea social o no, sea familiar o no, sea tu pareja o tus amigos... de cualquier lado viene) de que después de determinada edad debes haber cultivado ciertas cosas; una casa, un carro, un trabajo estable, una relación estable, etc.; quedarse sin empleo es una de las experiencias más desesperantes y estresantes que puede haber. Y más aún si cambias de profesión y debes empezar de cero, bajo un sistema de pago que no conoces, lo cual se pone peor si estás acostumbrado a un sistema de pago fijo que nunca cambió.

Volviendo a mi caso, yo pasé de ser asalariada, de esas que cada quincena y fin de mes tenía su paga depositada en una cuenta bancaria antes de mediodía e incluso antes. Pero cuando decidí ser escritora y locutora a tiempo completo, llegó una modalidad de trabajo llamada Freelance y con ella una modalidad de pago mal-llamada "pago a destajo por trabajo" y la crisis que eso me ha causado es de las más duras que me ha tocado aprender a llevar.

Cuando eres asalariado (ojo, no digo que esto sea malo), estás acostumbrado a eso, a tu pago puntual cada fecha que toca (sea quincenal o mensual), beneficios, bonos y esas cosas. Todo eso es depositado o abonado a tu cuenta el mismo día (o incluso antes) de manera puntual y fija desde la primera vez que te pagan hasta que te cambias de trabajo o te despiden. Eso hace que te adecues a pagar en determinadas fechas que orbitan alrededor de esa. Todos tus pagos se harán el día de la quincena o máximo dos días después. Cosa que no sucede cuando eres Freelancer, sí, puedes generar mucho más dinero, pero los pagos son cada vez que termines el trabajo y el cliente paga... y algunos clientes pueden tardar en pagar más que otros.


Entonces eso rompe el esquema. El cliente puede pagar tres, cuatro días después que terminas el trabajo o pueden pasar quince días, un mes o más en el que no hayan clientes (sobre todo si estás empezando)... y resulta que tu pago no puede esperar esos quince días... y comienza el estado de crisis, la angustia, el estrés. Y para cuando te das cuenta te estás preguntando "¿lo que decidí está bien? ¿Voy a buscar un trabajo fijo otra vez?" Y, a pesar de que yo, en este momento estoy pasando por ese mismo estado de ansiedad constante, a todo el que me preguntase le diría que a pesar de todo, esta es una decisión de la cual no me arrepiento.

Ahora bien, si decidiste dejar tu empleo para perseguir ese sueño "salvaje" de ser escritor, cantante, pintor, actor, locutor, etc; debes cultivar la paciencia, mucha, quizás demasiada. Sí, sé que puede verse un poco falso que alguien que escribe esto en medio de una crisis de ansiedad por el futuro te lo diga, pero eso es lo que se necesita para salir de ese estado. Y por muy cliché que suene, siempre se debe tener conciencia de que todo va a parecer terrible antes de comenzar a mejorar y que nada se construye de ayer para hoy. Tomar la decisión de dejar todo de lado por emprender lo que realmente ama es un acto de coraje de por sí, si fuera fácil, no habría tanta gente que cambia sus sueños por un trabajo estable (a menos que tú sueño sea un trabajo estable... en ese caso, felicidades).

Lo segundo es, aprender a confiar en lo que estás haciendo y no dejar de hacerlo. El actor Will Smith dijo una vez que la habilidad desplazaba al talento, y le doy totalmente la razón, siempre y cuando ese talento se dé por sentado y no se cultive o practique. Si quieres ser escritor, escribe todos los días, si quieres ser repostero, haz dulces todos los días. Lo mismo ocurre con los músicos, científicos, actores y actrices... con todos. Un talento sin práctica, que no se reinventa, que no se cultiva, se desperdicia, se pierde.

Lo tercero es, sí... busca una entrada de dinero, por muy básica que esta sea. Postúlate para escribir artículos en blogs, hacer voice Over, cualquier cosita que genere un ingreso y no demande mucho tiempo, al menos para pagar las deudas mientras despegas. Con que puedas pagar el mínimo de tus tarjetas y llevar a un café a tu madre para mantenerla contenta, basta... ¡Ah! y pagar el internet, porque lo necesitas para trabajar. Y no le temas al trabajo freelance, a pesar de que los pagos pueden no ser fijos o constantes en el tiempo, es una entrada de ingresos y te va a permitir exprimir tu talento y practicar. A fin de cuentas, todos los escritores, locutores e incluso aquellos que quieren empezar un negocio propio, son Freelancers.

Lo último, y quizás más importante es no sucumbir a lo que digan los demás. Mucha gente dirá que te volviste loco, que eres un irresponsable, que no piensas en tu futuro y aun peor, morirás de hambre. Eso es parte del trayecto,en cuanto quieres ir en contra de lo establecido siempre habrán detractores. Por algo esto es un sistema, y recuerda que quien se opone a lo que la sociedad se tomó años sembrando en nuestros cerebros (nace- estudia- busca un trabajo estable- reprodúcete- muere) es visto como un bicho raro.

Si eres de los que fue despedido y quieres de nuevo un trabajo estable, este artículo también aplica para ti. Busca porqué te despidieron, analízalo y trabaja en ello. Y si te preocupa que no te llamen, toma un curso, prepárate más... pero tómalo con calma. Nada es eterno en este mundo... y eso incluye las malas rachas.

¡Guao, que forma de volver! Sé que he estado inactiva mucho tiempo y que este artículo es demasiado largo para ser mi regreso, pero bueno... tenía que sacarme esto del pecho. Recuerden que este blog es terapia compartida. 

¡Nos leemos pronto!
Kuro!

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