El Boombox No Es Un Juguete:

“Entre gustos y colores no han escrito los autores”; es un dicho que muchos conocemos; cada persona tiene sus preferencias muy particulares y distintas a las de los otros, los que nos diferencia del resto y nos separa a los humanos de los muñequitos de papel tomados de las manos (si, esos mismos que son todos igualitos).

               

  ¿A dónde quiero llegar con esto? Pues a un tema muy particular y que a mí me gusta mucho: la música. Soy melómana por naturaleza (aunque mucha gente diga que serlo esta de moda y todas esas chácharas, la yo de mente abierta piensa que cada quien es libre de ser lo que quiera siempre y cuando no interfiera con la vida de los demás) y pues como tal vivo y respiro música aunque nunca haya podido estudiarla (llámenlo excusa pero nunca tuve dinero para comprar un instrumento y los cursos eran muy costosos y de cantar… bueno, digamos que no nací con ese talento); desde Mozart hasta Madonna; pasando por una bandita desconocida llamada Metallica (si no saben quien es, se los perdono (eso fue sarcasmo)) Queen, Muse, Nickelback, una que otra de Los Beatles y si nos venimos para el español me encantan algunas canciones de Fito Páez y Soda Estéreo (si, escribieron otra cosa aparte de “música ligera”) toda mi vida incluye una banda sonora bastante amplia y diversa que bueno, yo considero bastante respetable, pero este articulo no se trata de mi. Así que continuemos…

Lo que quería plasmar aquí; es cómo la música tiene ese poder de influir en nuestras acciones y en nuestro humor. Conozco a alguien que dice que si esta manejando y escucha “Show me how to live”  de Audioslave o “Fuel” de Metallica acelera casi inconscientemente, por eso solo la escucha si va por la autopista y casi no hay carros; también se de alguien que puede hablar contigo por horas de la discografía de Smashing Pumpkins e incluso leí en You Tube que alguien utilizó la canción “Fly me to the moon” de Frank Sinatra para su vals de bodas, cosa que perdónenme considero EPICA porque utilizó la versión del ending de Neo Genesis Evangelion (si no saben que es san Google los puede ayudar). La música influye en todos de distintas formas y dudo que alguien pueda vivir sin música.

Existen canciones para todo y para todos; para celebrar, para llorar, para enamorar, para reír, e incluso para matar (mucha gente dice que los chicos de la masacre de Columbia se motivaron escuchando música de Marilyn Manson y lo culparon por eso, cosa en la que estoy totalmente en desacuerdo puesto que no puedes culpar a una sola persona del desorden psicológico de otros). ¿Quién no ha dedicado una canción para decirle a alguien cuanto lo ama o simplemente para mandarlo a la mismísima porra? (gracias Alanis Morrisette). He visto dedicaciones que van desde las mas bellas y románticas hasta las mas… bueno, cada quien mata las pulgas como mejor le parece ¿no? Hay música que cuando la escuchas con el humor propicio incentiva lo que sientes de manera increíble; aquí me pongo yo de ejemplo; cuando estoy enfadada si escucho St. Anger de Metallica soy capaz de tomar un bate y destruir un auto aunque no tengo fuerza ni para levantar una silla; y bueno hubo un tiempo que si escuchaba cierta canción de Linkin Park lloraba como niña chiquita (claro; aquí influyo la ciencia del despecho); pero creo que no soy la única que siente que unas notas le dan poderes especiales y un solo de guitarra o batería enciende las neuronas hasta niveles insospechados. La música es una maravillosa creación y para algunos de nosotros es como gasolina que enciende nuestros motores; pero (siempre tiene que haber un pero) hay música que bueno; pisotea todo lo que he explicado arriba y en este caso no seré flexible… El reggaetón y el vallenato son las peores cosas que existen y si yo fuera dictadora del mundo de verdad las mandaría a erradicar por completo porque son una herramienta que contribuye al atraso intelectual de la gente.

El problema no es solo el café con pan del ritmo; o que no hablen de nada mas excepto una historia de infidelidad con el mejor amigo del cantante en cuestión donde la novia de dudosa reputación, se comparte con los dos o una pura e inocente señorita que tiene el poder de convertir al más terrible de los hombres en un ferviente servidor a merced de su amor (si claro, como si eso sucediera en la vida real)  o, en el caso del reggaetón canciones sobre un intento de hombres que van a una discoteca donde señoritas de peor reputación que la que nombre primero se van con ellos nada mas con hablarles al oído un par de palabras que, en otros casos, generarían una implacable golpiza y hasta un viaje sin paradas al hospital; lo peor de todo es que vendan y vendan entradas y generen montones de dinero a cambio de no dejar en el cerebro de la gente mas que un magnicidio neuronal; porque hay gente que aunque cueste creer; piensa que estos individuos son modelos a seguir y los imitan, cosa que mas que rabia me genera una profunda tristeza.

Los que vivimos en Venezuela y andamos en transporte publico nos enfrentamos a la contaminación sónica que representa escuchar vallenato de manera obligatoria en los autobuses a volúmenes que no solo atormentan al oído si no que generan malestares físicos (créanme he salido hasta mareada de esas cámaras de tortura con ruedas) y sacan al psicópata que habita en todos nosotros, solo que algunos somos capaces de controlarlo (difícilmente); soy partidaria de la tolerancia y de que son tus gustos y merecen respeto, pero creo que mis oídos también merecen un poquito de consideración y mi psiquis merece un poco de paz. No son solo los choferes o colectores; hay personas que a estas alturas de la modernidad no conocen un invento maravilloso llamado “auriculares” o “audífonos” que no son caros y son muy prácticos si quieres matar a tus neuronas con Celedón o Daddy Yankee; para que mates solo las tuyas y dejes de intentar matar a las nuestras, que si nos hacen falta y nos agradan.

Puede que hasta este punto se considere contradictorio este post; puesto que primero cité acerca de las libertades en cuanto a gustos musicales y la individualidad de cada uno; pero son los mensajes y la manera en que estos nos moldean lo que quiero reflejar acá; el que me salga con que Metallica es satánico y promueve la violencia, le sugiero abrir su mente y utilizar el traductor de  Google para traducir cualquier canción al azar; puede encontrarse con cosas tan interesantes como la critica a la guerra e incluso una canción inspirada por un ganador del nobel (from Whom the bell Tolls de E. Hemingway) y diversos mensajes que se oponen a lo que está acabando con el mundo; no solo “perrea, perrea” y palabras inventadas solo para rimar; porque los artistas de verdad, tienen un léxico bastante amplio para rimar lo que sea.

Para terminar, todos los gustos son validos, siempre que sepas separar lo que estas escuchando de lo que te está influenciando. No porque Tego Calderón se fume 4 porros de marihuana diarios o Diosa Canales se baje las tangas frente a cientos de personas lo harás tu también. Se tú indiferentemente de lo que escuches y vive la música, la VERDADERA música que cultiva el intelecto y te muestra la realidad; no a Pitbull que aparte de mandarte a “subir las manos pa’ riba” (porque pa’ bajo es flecha) te vende la falsa perspectiva de que las mujeres son solo para llevarlas a la cama (recuerda que tu tienes madre, primas y puede que hermanas que odiarías que trataran así) y mujeres; respétense un poco, no permitan que estos idiotas se hagan millonarios llamándolas gatas o perras…

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